Los desafíos no resueltos de la carne de laboratorio
Las inversiones en la industria de la carne cultivada están disminuyendo, a pesar de las solicitudes de aprobación presentadas a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Este declive se explica porque los desafíos técnicos y de seguridad todavía no se han resuelto.
Preocupaciones sobre salud y sostenibilidad
Existen riesgos asociados a ingredientes artificiales y hormonas que podrían afectar a la salud humana. La FAO y la OMS han identificado 53 riesgos potenciales, incluyendo la proliferación de células cancerosas y alteraciones endocrinas. El uso de hormonas y antibióticos en biorreactores, prohibido en la ganadería tradicional europea, genera contradicciones.
Además, los estudios ambientales sugieren que la producción a gran escala podría ser hasta 50 veces más contaminante que la carne convencional debido a la alta demanda energética de los biorreactores. Se calcula que si toda la demanda global de carne fuera cubierta por este método, se necesitarían unos 150.000 biorreactores, con un impacto muy superior al de la ganadería actual.
Retos tecnológicos y socioeconómicos
Replicar la textura y valor nutricional de la carne tradicional sigue siendo un reto, ya que las fibras cultivadas no llegan a imitar la complejidad de la carne natural. Además, la producción depende de procesos intensivos en agua y energía, como la fermentación de precisión. Otras preocupaciones son los efectos socioeconómicos: la desconexión con la agricultura tradicional podría deshumanizar la alimentación y concentrar el poder en unas pocas empresas, amenazando a economías rurales y tradiciones culturales. Así, aunque la carne cultivada promete sostenibilidad, sus retos técnicos, ambientales y éticos siguen sin solución.
Fuente: Realidad Ganadera

